SIGLO XXI… ¿SIGLO DE LA MUJER?
Los expertos y entendidos en la materia auguran que el s. XXI va a ser el siglo de la mujer.
El mercado de trabajo está expectante a la caza de competentes ingenieras, médicas, arquitectas, abogadas o periodistas.
Desde la década de los 80, las aulas no estaban rebosantes de mujeres dispuestas a adquirir todos los conocimientos necesarios para desempeñar el día de mañana un oficio. Pero sus cualidades y motivaciones no son suficientes para derribar el muro con el que se enfrentan a la hora de buscar un empleo, y es que la poca presencia de mujeres en el poder evidencia que, con más de 25 años de democracia, la reivindicada paridad de sexos no se ha logrado aún en España.
Ejemplo es que dentro de grandes empresas como el Grupo Dragados, Repsol o Telefónica, la presencia femenina en los consejos de administración es casi anecdótica o el predominio masivo de varones en la Real Academia de la Lengua, donde entre sus 29 miembros, sólo hay una única académica con sillón.
Carece de mención debido a su obviedad la falta de mujeres en las cámaras del Congreso y del Senado, donde las mujeres únicamente representan un 33% y 25% respectivamente dentro del conjunto total de miembros.
La dilatación del mercado laboral ha atraído a más mujeres, pero todavía la discriminación sigue muy presente en nuestra sociedad. La tasa de paro de las españolas (16,3 %) duplica a la de los hombres (7,8 %) y a la de las mujeres europeas (8,6 %).
Además, reciben ocupaciones de bajo nivel no de acuerdo a sus capacidades y altos índices de paro, pasando por la menor remuneración que los hombres en el mismo cargo.
Cualquier comparación conduce hacia aquel tópico de que el sexo femenino es el sexo débil, por lo menos en todo aquello que se refiere al terreno laboral.
Los expertos y entendidos en la materia auguran que el s. XXI va a ser el siglo de la mujer.
El mercado de trabajo está expectante a la caza de competentes ingenieras, médicas, arquitectas, abogadas o periodistas.
Desde la década de los 80, las aulas no estaban rebosantes de mujeres dispuestas a adquirir todos los conocimientos necesarios para desempeñar el día de mañana un oficio. Pero sus cualidades y motivaciones no son suficientes para derribar el muro con el que se enfrentan a la hora de buscar un empleo, y es que la poca presencia de mujeres en el poder evidencia que, con más de 25 años de democracia, la reivindicada paridad de sexos no se ha logrado aún en España.
Ejemplo es que dentro de grandes empresas como el Grupo Dragados, Repsol o Telefónica, la presencia femenina en los consejos de administración es casi anecdótica o el predominio masivo de varones en la Real Academia de la Lengua, donde entre sus 29 miembros, sólo hay una única académica con sillón.
Carece de mención debido a su obviedad la falta de mujeres en las cámaras del Congreso y del Senado, donde las mujeres únicamente representan un 33% y 25% respectivamente dentro del conjunto total de miembros.
La dilatación del mercado laboral ha atraído a más mujeres, pero todavía la discriminación sigue muy presente en nuestra sociedad. La tasa de paro de las españolas (16,3 %) duplica a la de los hombres (7,8 %) y a la de las mujeres europeas (8,6 %).
Además, reciben ocupaciones de bajo nivel no de acuerdo a sus capacidades y altos índices de paro, pasando por la menor remuneración que los hombres en el mismo cargo.
Cualquier comparación conduce hacia aquel tópico de que el sexo femenino es el sexo débil, por lo menos en todo aquello que se refiere al terreno laboral.
María García Sebastián
No hay comentarios:
Publicar un comentario